Capítulo 2: plan de forestación baladí.
18 de septiembre de 2009, hemos comenzado a grabar nuestro segundo
disco, el cual llevará por título “El Olmo Da Peras”. Hace tan sólo
nueve meses editamos el primero, pero lo cierto es que fue grabado muy
lentamente a lo largo de 7-8 meses a partir de octubre de 2007, y al
ponerlo a la venta fue como decirnos: vale, ahora ya podemos ir machete
por el segundo. La cuestión era que las composiciones se amontonaban
después de año y pico y no podíamos resistirnos a presentarlas en
directo, así que, teniendo en cuenta la ausencia de promoción de
“…cómo?”, decidimos que lo mejor que podíamos hacer era tocar lo que nos
apeteciese sin contar con que el posible público asistente, que,
evidentemente, desconocería la mitad de las canciones a interpretar. En
definitiva, como con el primer disco no había dios que nos tomara en
serio, hemos tomado ciertas medidas para que no suceda lo mismo con
nuestra más reciente obra, así que, en principio, no tendremos que echar
mano de nuevo repertorio preparado para un futuro tercer elepé. Todo se
andará. Por ahora, el disco ya está en el horno.
En fin, después de este trote inicial sin apenas incidentes, la banda
mantiene su bloque inicial, por lo que si alguien no sabe quiénes lo
conforman que se lea el primer capítulo, joder, que pa’ eso hay un orden
narrativo. Bueno, a lo que iba: el equipo baladí ha crecido. Ahora,
además de los músicos algo desamparados que componíamos la banda,
pertenecen al grupo los subsiguientes congéneres esperanzados en que
esto tire adelante: la labor de Management, liante ocasional y chófer
indispensable la lleva a cabo nuestro buen amigo Sergio Iriarte, al que
le queda un buen curro por delante si tenemos en cuenta que éste es sólo
el segundo capítulo, y os puedo asegurar que no va a ser el último;
nuestro incombustible compañero de fatigas Marco Camacho se ocupará de
montar el puesto de merchandising en cada bolo, así com…
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Capítulo 2: plan de forestación baladí.
18 de septiembre de 2009, hemos comenzado a grabar nuestro segundo
disco, el cual llevará por título “El Olmo Da Peras”. Hace tan sólo
nueve meses editamos el primero, pero lo cierto es que fue grabado muy
lentamente a lo largo de 7-8 meses a partir de octubre de 2007, y al
ponerlo a la venta fue como decirnos: vale, ahora ya podemos ir machete
por el segundo. La cuestión era que las composiciones se amontonaban
después de año y pico y no podíamos resistirnos a presentarlas en
directo, así que, teniendo en cuenta la ausencia de promoción de
“…cómo?”, decidimos que lo mejor que podíamos hacer era tocar lo que nos
apeteciese sin contar con que el posible público asistente, que,
evidentemente, desconocería la mitad de las canciones a interpretar. En
definitiva, como con el primer disco no había dios que nos tomara en
serio, hemos tomado ciertas medidas para que no suceda lo mismo con
nuestra más reciente obra, así que, en principio, no tendremos que echar
mano de nuevo repertorio preparado para un futuro tercer elepé. Todo se
andará. Por ahora, el disco ya está en el horno.
En fin, después de este trote inicial sin apenas incidentes, la banda
mantiene su bloque inicial, por lo que si alguien no sabe quiénes lo
conforman que se lea el primer capítulo, joder, que pa’ eso hay un orden
narrativo. Bueno, a lo que iba: el equipo baladí ha crecido. Ahora,
además de los músicos algo desamparados que componíamos la banda,
pertenecen al grupo los subsiguientes congéneres esperanzados en que
esto tire adelante: la labor de Management, liante ocasional y chófer
indispensable la lleva a cabo nuestro buen amigo Sergio Iriarte, al que
le queda un buen curro por delante si tenemos en cuenta que éste es sólo
el segundo capítulo, y os puedo asegurar que no va a ser el último;
nuestro incombustible compañero de fatigas Marco Camacho se ocupará de
montar el puesto de merchandising en cada bolo, así como de dar el
coñazo a la humanidad para que se entere de que existimos, a través de
múltiples campañas de promoción y publicidad subvencionadas por el
grupo; por último, Carlos Dumont será el técnico de directo y el
culpable, en consecuencia, de que nuestros conciertos suenen mal, en el
caso improbable de que así sea (véase la solidaridad con la que nos
arropa el bueno de Carlitos para desentender a la banda de toda presión
social y/o violenta que pudiera producirse), así como de alentar a la
banda para que, en su laborioso esfuerzo por crecer, no se dé un
batacazo monumental.
Para ilustraros acerca de esta nueva obra y del sentido subyacente a
la misma y en lo referente al título, os narraré una escueta fábula:
Mi mamá me dijo una vez: niño, no le pidas peras al olmo…que tienes que
estudiar y ser una persona de provecho. Así que yo, sin saber muy bien
por qué, me propuse precisamente llevarle la contraria a mi buena madre,
que, aún a sabiendas de que lo decía con buena fe, me daba la impresión
de que apenas me conocía. Supongo que ella veía la música que yo hacía,
es decir rock patrio, como un olmo y, claro, de todos es sabido que los
olmos no dan peras… ¿o quizás sí? Yo en seguida me vi a mí mismo como
una pera que pertenecía a un olmo llamado Rocanrol(formado por multitud
de ramas y categorías) y del cual he mamado una gran parte de los
valores en mi condición de ser humano. Y, bueno, ¿qué es lo que esperan
unos padres de su hijo en cualquier especie viviente? Pues que perpetúe
sus genes, ni más ni menos. Así fue cómo me desprendí de las ramas
paternales y fui a caer en un campo aún sin cultivar, donde lo
importante de ser no era el cuánto sino el cómo debía crecer y donde,
por supuesto, la simiente que albergamos en nuestro interior germinará
si acertamos con un terreno adecuado para enraizar con nuestra cultura.
Así pues, si Machado esperaba un milagro de la primavera cual olmo
seco, podrido y partido por la mitad, ¿no vamos nosotros a esperar, con
el verde esperanza que nos rodea en estos ramajes, una respuesta de este
joven olmo de apenas 60 años? No me cabe ninguna duda.
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