Kike Suárez “Babas”, carismático, chamánico líder de Kike Suárez & La Desbandada, hidalga figura del malditismo íbero y habitante de una personalísima tierra nadie (la del punker que relata tangos y rumbea valses deletéreos, la del singer-songwritter que, toque lo que toque y con quien lo toque, siempre suena a sí mismo) edita el recopilatorio “De calle y beso (2013-1998)”, un recorrido por su cancionero hasta la fecha, irresistible paseíllo por una vereda de culto de quince años de actividad discográfica.

Un resumen vital que además de contener temas emblemáticos de su carrera, incluye canciones inéditas y colaboraciones con compinches como Albert Pla, Rubén Pozo (Pereza), Manolo Kabezabolo, Kutxi Romero (Marea), Aurora Beltrán (Tahúres Zurdos), Francis Diez (Doctor Deseo) y Lichis (La Cabra Mecánica).

Carta Blanca porque es lo que se le dice a alguien cuando tiene por delante el cielo abierto. Así me siento. Después de tres quinquenios de ensayos y errores tengo la sensación de haber aprendido al menos lo justo para quedarme a gusto. Ha sido muy emocionante ver el crecimiento de los tarareos al aire, melodías con letra que no sabía por qué llegaban pero sí por qué se quedaban, que me obsesionaban hasta tener forma. Estrofas y estribillos que permanecían en mí hasta que aparecieron los músicos.

Y escribí lo que escribí porque me tocaba, por eso es un disco de personajes reales e historias ciertas, no hubo lugar para el actor o el cuentista. Canciones llenas de mujeres, cercanas ellas más por sangre y corazón que por cama: no va de eso. Canciones que tienen tras de sí un rastro de lágrimas: unas lloradas al crearse (Iure, La última vez, Aunque pellizques); otras en la vivencia original, antes de ser canción (Vuela sirena, Le pasó a Susi); alguna llorada de rabia (Chotis… [+] Más...

Carta Blanca porque es lo que se le dice a alguien cuando tiene por delante el cielo abierto. Así me siento. Después de tres quinquenios de ensayos y errores tengo la sensación de haber aprendido al menos lo justo para quedarme a gusto. Ha sido muy emocionante ver el crecimiento de los tarareos al aire, melodías con letra que no sabía por qué llegaban pero sí por qué se quedaban, que me obsesionaban hasta tener forma. Estrofas y estribillos que permanecían en mí hasta que aparecieron los músicos.

Y escribí lo que escribí porque me tocaba, por eso es un disco de personajes reales e historias ciertas, no hubo lugar para el actor o el cuentista. Canciones llenas de mujeres, cercanas ellas más por sangre y corazón que por cama: no va de eso. Canciones que tienen tras de sí un rastro de lágrimas: unas lloradas al crearse (Iure, La última vez, Aunque pellizques); otras en la vivencia original, antes de ser canción (Vuela sirena, Le pasó a Susi); alguna llorada de rabia (Chotis a una); alguna otra de risa (La Chari, Razón y corazón)… Supongo que solo el autor puede clasificar las canciones por el humedal de los ojos.

Kike Suárez (Hortaleza, 2010) [-] Contraer