Este pasado verano mientras atendían a las fans todavía han tenido tiempo de grabar su primer disco. Que parece el tercero. 80.81 recupera las ganas de creer en una banda, en estos tiempos de one hit wonders y lloricas con zapatillas mal planchadas. Un disco hedonista, de celebración de la vida. Guitarras como cuchillas y bajos a lo nachovidal. Melodías que se pegan, voces rotas de los hijos bastardos de Thin Lizzy y Tina Turner. Todo lo que oyes está grabado en directo, algunas son primeras tomas. En los Odd Studios de Paco Loco parecían olerse las moquetas de Muscle Shoals. Sesiones completas de la banda mirándose las caras y sacando lo mejor de canciones recién nacidas. Masterizado en New York por el gran Nathan James, en 80.81 no hay rellenos, no hay canciones menores, no hay chorradas. Si te gusta te va a gustar MUCHO. SI no te gusta, ignóranos, tampoco es cuestión de perder el tiempo.