Koma, el engranaje musicalmente perfecto integrado por Brigi Duque, compositor de la música, guitarrista y vocalista del grupo, Rafa Redín, bajista y letrista, Natxo Zabala, guitarra solista, y Juan Carlos Aizpún, batería, vuelve a demostrar su poderío con la publicación de La Maldición Divina, su octavo trabajo: nuevo aldabonazo sonoro que, tres años después de la publicación del anterior, Sakeo (álbum que llevó al grupo a cruzar en dos ocasiones el océano Atlántico) ve la luz cuando estamos en puertas del decimoquinto aniversario de la salida de su primer CD.
La Maldición Divina, título abierto a múltiples interpretaciones (más que a un Dios en particular, referido a cuestiones relacionadas incluso con ídolos o con los personales “becerros de oro” de cada cuál), se grabó en los estudios M.A.V. de Zizur Mayor, Navarra, donde también se hicieron las mezclas; una vez más, Miguel Aizpún, productor habitual de la banda, se encargó de dichas labores, compartiendo cometido con los propios músicos; la masterización final, asumida igualmente por ambas partes, se llevó a cabo en los estudios MASTER M.A.L. Por último, apuntaremos que Kike Núñez se encargó del arte de la portada (tan impactante como la música del disco) y que para la llegada al mejor puerto posible de las canciones se contó con colaboraciones como las de los músicos de Su Ta Gar y Mr. Fylyn David y Alfonso Zarzosa –entre otras-, quienes aportaron sus voces en los coros.
La Maldición Divina ofrece doce cañonazos que Kolosales, Majestuosos, con la casta habitual de Koma latiendo a borbotones, denotan desde su primera escucha su ADN. La analítica perfecta; que sólo pueden ser de Koma, banda cuyas vigorosas constantes vitales se siguen manteniendo en el mismo estado de forma que cuando surgió en 1994, si no creciendo: como si por ellas no ya no pasaran los años, sino que tampoco les pesaran. Y desde el prisma estilístico, por si quedara alguna duda, dejando claro con rotundidad, tal y como lo proclaman en ‘Almohada Cervical’, que lo suyo siempre fue, es y será el heavy metal, concepción del género que d…
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Koma, el engranaje musicalmente perfecto integrado por Brigi Duque, compositor de la música, guitarrista y vocalista del grupo, Rafa Redín, bajista y letrista, Natxo Zabala, guitarra solista, y Juan Carlos Aizpún, batería, vuelve a demostrar su poderío con la publicación de La Maldición Divina, su octavo trabajo: nuevo aldabonazo sonoro que, tres años después de la publicación del anterior, Sakeo (álbum que llevó al grupo a cruzar en dos ocasiones el océano Atlántico) ve la luz cuando estamos en puertas del decimoquinto aniversario de la salida de su primer CD.
La Maldición Divina, título abierto a múltiples interpretaciones (más que a un Dios en particular, referido a cuestiones relacionadas incluso con ídolos o con los personales “becerros de oro” de cada cuál), se grabó en los estudios M.A.V. de Zizur Mayor, Navarra, donde también se hicieron las mezclas; una vez más, Miguel Aizpún, productor habitual de la banda, se encargó de dichas labores, compartiendo cometido con los propios músicos; la masterización final, asumida igualmente por ambas partes, se llevó a cabo en los estudios MASTER M.A.L. Por último, apuntaremos que Kike Núñez se encargó del arte de la portada (tan impactante como la música del disco) y que para la llegada al mejor puerto posible de las canciones se contó con colaboraciones como las de los músicos de Su Ta Gar y Mr. Fylyn David y Alfonso Zarzosa –entre otras-, quienes aportaron sus voces en los coros.
La Maldición Divina ofrece doce cañonazos que Kolosales, Majestuosos, con la casta habitual de Koma latiendo a borbotones, denotan desde su primera escucha su ADN. La analítica perfecta; que sólo pueden ser de Koma, banda cuyas vigorosas constantes vitales se siguen manteniendo en el mismo estado de forma que cuando surgió en 1994, si no creciendo: como si por ellas no ya no pasaran los años, sino que tampoco les pesaran. Y desde el prisma estilístico, por si quedara alguna duda, dejando claro con rotundidad, tal y como lo proclaman en ‘Almohada Cervical’, que lo suyo siempre fue, es y será el heavy metal, concepción del género que de alta tensión siempre, erigida sobre su esencia más genuina, rockerizada y atemporal, luce impactante a rabiar con los ropajes sonoros exhibidos por el grupo: su sonoridad del siglo XXI. ¿Temas a destacar? ‘Blancos De Los Nervios’, ‘Patrón A Seguir’ (de malencaradas y broncas letras), ‘Los Idiotas’, ‘Quién Sobra’ (críticas e irónicas a un tiempo), ‘Sin Oxígeno’ (la más vacilona) o la inconmensurable versión del ‘Bagare’ del cantautor Gontzal Mendibil, sostenidos todos ellos por unos riffs que, ya característicos, han creado escuela; rubricados por los punteos de Natxo (tan elegantes como resolutivos y contundentes) y lanzados con incontestable precisión desde la siempre fornida base rítmica, con Rafa sin perder cuerda –igualmente- y Juan Carlos, en su línea, echándole el habitual ‘par de bombos’ al asunto. Finalmente, el CD se completa con ‘El Exorcista’, ‘Fantasmal’, ‘Me Vacío’, ‘No Te Lo Tomes a Mal’ y ‘Ostia Frontal’.
Un disco éste, La Maldición Divina, llamado a ser toda una divina bendición para los miles de incondicionales de Koma, banda que, paradigma del mejor heavy metal facturado en el Estado, vuelve a dejar claro que su concepción del rock sigue siendo sinónimo de grandeza y rotundidad: una vez más, buena señal.
J. ÓSCAR BEORLEGUI
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