Los Imposibles. Qué tiempos... Inevitable no recordar sus primeras apariciones en aquellos fanzines que llegaban desde el Madrid de la época (como el entonces aún incipiente -y fotocopiado- Subterfuge), aquellos primeros discos -tope garaje- editados o distribuidos por Animal Records, sus catálogos de venta por correo en formato cuartilla, las visitas al subterráneo estudio de âpera, la bonhomía perpetua de Paco Poza o el entusiasmo de Gonzalo “Lagarto”. Tantas cosas, y tan buenas, que resulta difícil no sonreír al rememorar todo aquello con sana nostalgia. Como tanta gente -no se les conocieron antipatías, ciertamente- sin ser amigo cercano existía una relación de proximidad tan grande que era inevitable no sentirse partícipe de sus noticias y progresos. Y de su carrera, casi una década en la que homenajearon a su manera (haciendo canciones, variadas y casi siempre buenas) a todos los palos del sonido sixties.
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