Antes de que existiera la música, la percusión era una forma de vida. Cada ritmo simbolizaba un estado de ánimo diferente. “Yo soy batería, todo me influencia, desde el jazz a la música india, del hip hop a la música clásica. Mi música es mirar hacia el futuro y vivir en él, porque el futuro es ahora”, dice Stacey mientras guiña enigmáticamente el ojo, resucitando su pseudónimo Kosmic Messenger. Posiblemente su música se encamine hacia el futuro, al igual que la de sus hermanos de Detroit.
Stacey tiene un pasado ilustre: nació en una familia en la que su padre era parte del grupo de Motown The Capitals, y este hecho posiblemente influenció a Stacey ya antes de nacer. Se siente atraído por las ondas sonoras de los músicos de su ciudad natal, aquellos que rondaban las esquinas a la espera de ser descubiertos por Berry Gordy o uno de sus socios.
El interés precoz de Stacey por la percusión le llevó a viajar por todo el sur de Estados Unidos, tocando la batería en el instituto y en la universidad estatal de Tennesse. Lugares como Alabama, Tennesse, Lousiana le proporcionaron al adolescente urbanita una lección rápida y precisa de la historia de la América negra.
Aún así, hasta que no comenzó a estudiar en la TSU (universidad estatal de Tennesse) no descubrió el movimiento del techno de Detroit, justamente cuando comenzó a adquirir su primer material de estudio. “Me hizo darme cuenta de dónde estaba mi destino”, comenta hoy en día. “Haría como ocho horas de viaje para ver a Derrick (May) y los demás tocando en el instituto. Veía a los muchachos haciendo sus propios asuntos, con camisetas y tejanos, pero con sus propias empresas y viajando por todo el mundo”. Ellos tenían unos cuantos años más que Stacey, nacido en 1969, pero cuando tenía 16 ellos fueron su inspiración. “Soy el último de la vieja escuela, porque después de mí viene una generación que depende de la MTV y de Internet. Cuando yo era joven, las influencias venían de los predecesores, los mentores, de la gente con la que habías crecido”. Stacey no se conforma con mirar y bailar y se involucra inmediatamente con el sello Transmat de Derrick May además de rondar por los estudios KMS. Uno de los remixes que hizo para The Prodigy fue rechazado, y así es como nació Kosmic Messenger. Quitó todos los samples de Prodigy y lo publicó como un paisaje sonoro. En el sello No Nonsense aparece “Four to the floor”, y como…
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Antes de que existiera la música, la percusión era una forma de vida. Cada ritmo simbolizaba un estado de ánimo diferente. “Yo soy batería, todo me influencia, desde el jazz a la música india, del hip hop a la música clásica. Mi música es mirar hacia el futuro y vivir en él, porque el futuro es ahora”, dice Stacey mientras guiña enigmáticamente el ojo, resucitando su pseudónimo Kosmic Messenger. Posiblemente su música se encamine hacia el futuro, al igual que la de sus hermanos de Detroit.
Stacey tiene un pasado ilustre: nació en una familia en la que su padre era parte del grupo de Motown The Capitals, y este hecho posiblemente influenció a Stacey ya antes de nacer. Se siente atraído por las ondas sonoras de los músicos de su ciudad natal, aquellos que rondaban las esquinas a la espera de ser descubiertos por Berry Gordy o uno de sus socios.
El interés precoz de Stacey por la percusión le llevó a viajar por todo el sur de Estados Unidos, tocando la batería en el instituto y en la universidad estatal de Tennesse. Lugares como Alabama, Tennesse, Lousiana le proporcionaron al adolescente urbanita una lección rápida y precisa de la historia de la América negra.
Aún así, hasta que no comenzó a estudiar en la TSU (universidad estatal de Tennesse) no descubrió el movimiento del techno de Detroit, justamente cuando comenzó a adquirir su primer material de estudio. “Me hizo darme cuenta de dónde estaba mi destino”, comenta hoy en día. “Haría como ocho horas de viaje para ver a Derrick (May) y los demás tocando en el instituto. Veía a los muchachos haciendo sus propios asuntos, con camisetas y tejanos, pero con sus propias empresas y viajando por todo el mundo”. Ellos tenían unos cuantos años más que Stacey, nacido en 1969, pero cuando tenía 16 ellos fueron su inspiración. “Soy el último de la vieja escuela, porque después de mí viene una generación que depende de la MTV y de Internet. Cuando yo era joven, las influencias venían de los predecesores, los mentores, de la gente con la que habías crecido”. Stacey no se conforma con mirar y bailar y se involucra inmediatamente con el sello Transmat de Derrick May además de rondar por los estudios KMS. Uno de los remixes que hizo para The Prodigy fue rechazado, y así es como nació Kosmic Messenger. Quitó todos los samples de Prodigy y lo publicó como un paisaje sonoro. En el sello No Nonsense aparece “Four to the floor”, y como un mazazo va abriendo puertas a muchas otras tentativas. Mientras tanto, su otro pseudónimo, Bango, era su tarjeta de visita, allá por 1991. Apareció en el sello Fragile de Derrick May, y eso le envió a Ámsterdam con dinero en el bolsillo. Así fue como consiguió un pago adelantado y un billete de avión, y después de pasar un año en Ámsterdam, que se suponía que sería un mes, se forjó una sólida reputación en Europa y se ganó el reconocimiento del mundo de la electrónica de Detroit.
“Ahora mi música se inspira en mis viajes, la vida en el camino”, cuenta Stacey. Sus últimos trabajos han sido más inteligentes y más vanguardistas. Solo hay que escuchar su último LP, “todayisthetomorrowyouwerepromisedyesterday”. “No solamente se trata de hacer bailar a la gente” dice Pullen. “He estado escuchando mucho jazz… el verdadero maestro fue Miles Davis. Él fue el innovador, pero también estuve escuchando a Herbie Hancock. Mi primer disco de jazz era de Ramsey Lewis”. El escucha mucha música africana, y aunque su música está impregnada del poder y de la precisión primarios, también es el lugar donde la melodía y el jazz progresivo se dan la mano con los robots utilizados por la industria del automóvil de Detroit.
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