Las cuatro patas de un potro negro
Tocar con las tripas es algo que no se aprende.
Entenderse con un gesto no se gana en un concurso.
Hace tres años cuatro amigos de siempre, cuatro gemelos de tallas distintas se juntaron bajo tierra para dar forma a sus pasiones, sus vicios musicales comunes. Efluvios y líquidos corporales de The Faces, Sly and Family Stone, Marvin Gaye, MC5, Run Dmc, The JBs... salían, casi sin querer, al tocar juntos. Los cuatro Right Ons habían tocado por separado en varias bandas pero juntos crearon un monstruo nuevo y distinto. Una máquina del amor, una bola de espejos de ante y cuero. La música que la mujer de James Brown ponía a sus hijos de pequeños, la banda sonora de Boogie Nights o los ritmos que el telonero de Funk Inc y Booker T habría escuchado y sudado. Además de muchos conciertos por su cuenta en clubes, playas, reuniones de moteros y fiestas de pueblo, desde 2006 han teloneado a Bellrays, Marah, Diamond Dogs y Mando Diao para alegría de las primeras filas. Ellas bailan con ellos, quieren sus panderetas y cantan canciones que escuchan por primera vez. Les piden las camisas, quieren hacerse fotos, se rifan las botellas de agua usadas.
Este pasado verano mientras atendían a las fans todavía han tenido tiempo de grabar su primer disco. Que parece el tercero. 80.81 recupera las ganas de creer en una banda, en estos tiempos de one hit wonders y lloricas con zapatillas mal planchadas. Un disco hedonista, de celebración de la vida. Guitarras como cuchillas y bajos a lo nachovidal. Melodí…
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Las cuatro patas de un potro negro
Tocar con las tripas es algo que no se aprende.
Entenderse con un gesto no se gana en un concurso.
Hace tres años cuatro amigos de siempre, cuatro gemelos de tallas distintas se juntaron bajo tierra para dar forma a sus pasiones, sus vicios musicales comunes. Efluvios y líquidos corporales de The Faces, Sly and Family Stone, Marvin Gaye, MC5, Run Dmc, The JBs... salían, casi sin querer, al tocar juntos. Los cuatro Right Ons habían tocado por separado en varias bandas pero juntos crearon un monstruo nuevo y distinto. Una máquina del amor, una bola de espejos de ante y cuero. La música que la mujer de James Brown ponía a sus hijos de pequeños, la banda sonora de Boogie Nights o los ritmos que el telonero de Funk Inc y Booker T habría escuchado y sudado. Además de muchos conciertos por su cuenta en clubes, playas, reuniones de moteros y fiestas de pueblo, desde 2006 han teloneado a Bellrays, Marah, Diamond Dogs y Mando Diao para alegría de las primeras filas. Ellas bailan con ellos, quieren sus panderetas y cantan canciones que escuchan por primera vez. Les piden las camisas, quieren hacerse fotos, se rifan las botellas de agua usadas.
Este pasado verano mientras atendían a las fans todavía han tenido tiempo de grabar su primer disco. Que parece el tercero. 80.81 recupera las ganas de creer en una banda, en estos tiempos de one hit wonders y lloricas con zapatillas mal planchadas. Un disco hedonista, de celebración de la vida. Guitarras como cuchillas y bajos a lo nachovidal. Melodías que se pegan, voces rotas de los hijos bastardos de Thin Lizzy y Tina Turner. Todo lo que oyes está grabado en directo, algunas son primeras tomas. En los Odd Studios de Paco Loco parecían olerse las moquetas de Muscle Shoals. Sesiones completas de la banda mirándose las caras y sacando lo mejor de canciones recién nacidas. Masterizado en New York por el gran Nathan James, en 80.81 no hay rellenos, no hay canciones menores, no hay chorradas. Si te gusta te va a gustar MUCHO. SI no te gusta, ignóranos, tampoco es cuestión de perder el tiempo.
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